Lección 27: Modo de practicar esta devoción en la santa comunión.

Avisos importantes sobre la ceremonia de consagración

¡Salve María! ¡Que la paz de Dios esté con usted!

Bien, ¡llegamos a nuestra última clase! En primer lugar, debemos dar gracias a Nuestra Señora por habernos guiado tan bien a lo largo de este camino. Puede ser que haya habido momentos arduos y grandes desafíos, con meditaciones difíciles, dudas y tentaciones, pero lo importante es que usted ha llegado hasta aquí, ¡y ya está preparado(a) para hacer la tan esperada consagración! Ahora, algunos avisos:

Ceremonia de consagración

Nuestra ceremonia de Consagración fue trasladada al día 16 de noviembre, sábado, y será durante una Santa Misa solemne, en alabanza a la Santísima Virgen, ¡emitida en vivo!


Fije su recordatorio en este enlace: https://ceremonia.heraldos.org

Estos son los horarios de la ceremonia online, de acuerdo con su país:

 

En esta ceremonia, haremos juntos nuestra consagración. Usted podrá seguirla desde su casa, a través de internet. Haga lo posible por tener cerca una imagen o estampa de la Virgen María. Caso usted no pueda asistir en el momento de la emisión, no se preocupe, la ceremonia quedará disponible y podrá verla más tarde. En algunos de los países donde tenemos iglesias o capillas de los Heraldos del Evangelio, organizaremos ceremonias de consagración presenciales. Los que no puedan estar físicamente presentes, podrán participar en la ceremonia online, con toda devoción, y nos uniremos enteramente a la Virgen en este acto.❤️

Países y ciudades con ceremonias presenciales
⚜️ Argentina (Buenos Aires)
⚜️ Áustria (Viena)
⚜️ Bolivia (Santa Cruz, Cochabamba)
⚜️ Canadá (Montreal)
⚜️ Chile (Santiago)
⚜️ Colombia (Tocancipá, El Retiro)
⚜️ Costa Rica (Alajuela, Cartago, Heredia, San Jerónimo de Moravia)
⚜️ Ecuador (Quito, Cuenca, Guayaquil, Loja, Machala, Santo Domingo, Portoviejo)
⚜️ El Salvador (San Salvador)
⚜️ España (Madrid)
⚜️ Estados Unidos (California, Florida)
⚜️ Guatemala (San José Pinula)
⚜️ México (Ciudad de México, Aguascalientes, Santiago Querétaro, Pachuca, Vera Cruz, Puebla)
⚜️ Paraguay (Asunción, Ypacaraí)
⚜️ Perú (Lima)
⚜️ República Dominicana (Santo Domingo)
⚜️ Uruguay (Montevideo)


Información (hora, fecha, agendamiento, confesiones) sobre estas ceremonias en este enlace (haga clic para ver):
https://reconquista.heraldos.org/ep-ceremonias-presenciales

Independientemente de que usted participe en la Santa Misa en vivo y rece con nosotros en ese mismo momento la oración de consagración, le recomendamos que vaya, cuando pueda, a una Misa presencial y comulgue si está en condiciones para ello. Sabemos que algunas personas no tendrán esta posibilidad, por razones de salud, pero ello no supone ningún obstáculo para la consagración.

Cómo aprovechar esta semana

Esta semana anterior al día 16 ¡estará llena de actividades para nosotros!
1.º – Trate de asistir a las clases que quizá no haya escuchado aún, si puede.
2.º – ¡No deje de rezar! Intente rezar un rosario todos los días, y mejor aún si lo reza completo.
3.º – El próximo martes, 12 de noviembre, tendremos una charla en vivo, conmigo, donde responderé últimas preguntas y nos prepararemos para la ceremonia. Recomendamos vivamente que participe. Fije su recordatorio en este enlace: https://live.heraldos.org.

Pergamino de Consagración

Para que pueda rezar la oración de Consagración el 16 de noviembre, durante la Santa Misa, le enviamos el siguiente enlace donde podrá descargar el pergamino con la Consagración. No es imprescindible imprimirlo, pero si puede hágalo, y así, el día de la consagración, podrá firmarlo y guardarlo como signo de este acto de entrega: http://bit.ly/Pergamino_consagracion

Confesión y comunión

Como ya debe saber, es oportuno que, pudiendo, se confiese antes de consagrarse a la Virgen. Sin embargo, si no logra confesarse antes de la Consagración, no se preocupe. Puede hacer un acto de contrición y consagrarse a la Virgen igualmente, sin temor alguno, ¡con mucha confianza y alegría! Podrá confesarse más tarde, en la primera oportunidad que tenga. ¡Realice su consagración sin temor alguno! Es muy recomendable que, cuando vaya a confesarse, pueda también comulgar. Pero, si no fuera posible, haga una comunión espiritual, acerca de la cual daré más indicaciones.

Disposiciones

Recuerde: no hay ningún motivo para que no se consagre. Si no ha tenido la oportunidad de asistir a todas las clases del curso, o si no ha rezado todas las oraciones indicadas, o incluso si no ha podido confesarse, ¡no dude en consagrarse a la Virgen! Ella aceptará y perfeccionará la entrega que usted haga.

Dudas

Lamentablemente no me ha sido posible responder a todos los mensajes recibidos por WhatsApp, pero si aún tiene alguna duda, no dude en escribirme a ✉ [email protected]

Sobre todo, ¡NUESTRO CORAZÓN DEBE ESTAR ABRASADO DE AMOR en ese bendito día! ¡Quizá sea el más importante de nuestras vidas después del día de nuestro Bautismo! Estaremos unidos en oración durante estos días de preparación, y yo, como siempre, quedo a vuestra disposición.

Con mi bendición
+ En Jesús y María,
P. Manuel Rodríguez

Meditación y Oraciones del día

Veni Creator Spíritus, Ave Maris Stella y Magnificat

Haga clic abajo para leer

Señor, ten piedad de nosotros. Jesucristo, ten piedad de nosotros.

R/. Señor, ten piedad de nosotros.
Divino Espíritu Santo, óyenos.
Espíritu Santo Paráclito, escúchanos.

Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros,
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros,
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros,
Santísima Trinidad que eres un sólo Dios, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la verdad, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la sabiduría, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la inteligencia, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la fortaleza, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la piedad, ten piedad de nosotros,
Espíritu del buen consejo, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la ciencia, ten piedad de nosotros,
Espíritu del santo temor, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la caridad, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la alegría, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la paz, ten piedad de nosotros,
Espíritu de las virtudes, ten piedad de nosotros,
Espíritu de toda la gracia, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la adopción de los hijos de Dios, ten piedad de nosotros,
Purificador de nuestras almas, ten piedad de nosotros,
Santificador y guía de la Iglesia Católica, ten piedad de nosotros,
Distribuidor de los dones celestiales, ten piedad de nosotros,
Conocedor de los pensamientos, ten piedad de nosotros,
y de las intenciones del corazón, ten piedad de nosotros,
Dulzura de los que comienzan a serviros, ten piedad de nosotros,
Corona de los perfectos, ten piedad de nosotros,
Alegría de los ángeles, ten piedad de nosotros,
Luz de los Patriarcas, ten piedad de nosotros,
Inspiración de los Profetas, ten piedad de nosotros,
Palabra y sabiduría de los Apóstoles, ten piedad de nosotros,
Victoria de los Mártires, ten piedad de nosotros,
Ciencia de los Confesores, ten piedad de nosotros,
Pureza de las Vírgenes, ten piedad de nosotros,
Unción de todos los Santos, ten piedad de nosotros,

Sednos propicio,
R. Perdónanos Señor.
Sednos propicio,
R. Escúchanos Señor.

De todo pecado, líbranos Señor.
De todas las tentaciones y celadas del demonio, líbranos Señor.
De toda presunción y desesperación, líbranos Señor.
Del ataque a la verdad conocida, líbranos Señor.
De la envidia de la gracia fraterna, líbranos Señor.
De toda obstinación e impenitencia, líbranos Señor.
De toda negligencia y liviandad de espíritu, líbranos Señor.
De toda impureza de la mente y del cuerpo, líbranos Señor.
De todas las herejías y errores, líbranos Señor.
De todo mal espíritu, líbranos Señor.
De la muerte mala y eterna, líbranos Señor.
Por Vuestra eterna procedencia del Padre y del Hijo, líbranos Señor.
Por la milagrosa concepción del Hijo de Dios, líbranos Señor.
Por Vuestro descendimiento sobre Jesús bautizado, líbranos Señor.
Por Vuestra santa aparición en la transfiguración del Señor, líbranos Señor.
Por Vuestra venida sobre los discípulos del Señor, líbranos Señor.
En el día del juicio, líbranos Señor.

Aunque pecadores, te rogamos óyenos,
Para que nos perdones, te rogamos óyenos,
Para que te dignes vivificar y santificar a todos los miembros de la Iglesia, te rogamos óyenos,
Para que te dignes concedernos el don de la verdadera piedad, devoción y oración, te rogamos óyenos,
Para que te dignes inspirarnos sinceros afectos de misericordia y de caridad, te rogamos óyenos,
Para que te dignes crear en nosotros un espíritu nuevo y un corazón puro, te rogamos óyenos,
Para que te dignes concedernos verdadera paz y tranquilidad de corazón, te rogamos óyenos,
Para que nos hagas dignos y fuertes, para soportar las persecuciones por amor a la justicia, te rogamos óyenos,
Para que te dignes confirmarnos en tu gracia, te rogamos óyenos,
Para que nos recibas en el número de tus elegidos, te rogamos óyenos,
Para que te dignes atendernos, te rogamos óyenos,
Espíritu de Dios, te rogamos óyenos,

V/Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R/.Envíanos el Espíritu Santo.
V/Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R/.Mándanos el Espíritu prometido del Padre.

V/Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R/.Dadnos el buen Espíritu Espíritu Santo, óyenos.

V/Espíritu Consolador, escúchanos.
V/. Envía tu Espíritu y todo será creado,
R/. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos. ¡Oh Dios! que aleccionaste a los corazones de Tus fieles
con la ciencia del Espíritu Santo,
haz que, guiados por este mismo
Espíritu, apreciemos las dulzuras
del bien, y gocemos siempre de Sus
divinos consuelos, por Jesucristo
Nuestro Señor.

Amén.
Salve, del mar Estrella,
Salve, Madre sagrada
De Dios y siempre Virgen,
Puerta del cielo Santa.

Tomando de Gabriel
El Ave, Virgen alma,
Mudando el nombre de Eva,
Paces divinas trata.

La vista restituye,
Las cadenas desata,
Todos los males quita,
Todos los bienes causa.

Muéstrate Madre, y llegue
Por Ti nuestra esperanza
A quien, por darnos vida,
Nació de tus entrañas.

Entre todas piadosa,
Virgen, en nuestras almas,
Libres de culpa, infunde
Virtud humilde y casta.

Vida nos presta pura,
Camino firme allana;
Que quien a Jesús llega,
Eterno gozo alcanza.

Al Padre, al Hijo, al Santo
Espíritu alabanzas;
Una a los tres le demos,
Y siempre eternas gracias

"Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo,ten piedad de nosotros.
Cristo,ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Cristo, escúchanos
Dios, Padre Celestial,  ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.


Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre,  ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios,ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de infinita majestad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien reside toda la plenitud de la divinidad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien el Padre se complace, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, deseado de los eternos collados, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, paciente y lleno de misericordia, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, generoso para todos los que te invocan, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, colmado de oprobios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, triturado por nuestros pecados, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, víctima por los pecadores, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, óyenos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
V. Jesús, manso y humilde de Corazón,
R. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.
Oremos: Oh Dios todopoderoso y eterno, mira el Corazón de tu amadísimo Hijo, las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te ofrece, concede el perdón a éstos que piden misericordia en el nombre de tu mismo Hijo, Jesucristo, el cual vive y reina contigo por los siglos de los siglos.

Amén.
Ven, ¡Oh Jesús!, que vives en María; ven a vivir y reinar en nosotros, que tu vida se exprese en nuestra vida para vivir tan sólo para Ti. Forja en nuestra alma, ioh, Cristo!, tus virtudes, tu Espíritu divino y santidad, tus máximas perfectas y tus normas y el ardor de tu eterna caridad. Danos parte, Señor, en tus misterios para que te podamos imitar; tú que eres Luz de Luz, danos tus luces, y en pos de ti podremos caminar. Reina, Cristo, en nosotros por tu Madre, sobre el demonio y la naturaleza, en virtud de tu nombre soberano, para la gloria del Padre celestial.
Amén
Vos sois, oh Cristo Jesús, mi Padre santo, mi Dios misericordioso, mi Rey infinitamente grande; sois mi buen pastor, mi único maestro, mi auxilio lleno de bondad, mi bienamado de una belleza maravillosa, mi pan vivo, mi sacerdote eterno, mi guía para la patria, mi verdadera luz, santa dulzura, mi camino recto, mi preclara sapiencia, mi pura simplicidad, mi paz y concordia; sois, en fin, toda mi salvaguardia, mi herencia preciosa, mi eterna salvación. Oh Jesucristo, amable señor, ¿por qué en toda mi vida, amé, por qué deseé otra cosa sino Vos? ¿Dónde estaba yo cuando no pensaba en Vos? ¡Ah, que a partir de ahora, mi corazón sólo os desee y por Vos se abrase, Señor Jesús! Deseos de mi alma, corred, que ya bastante tardasteis; apresuraros hacia el fin al que aspiráis; procurad de verdad Aquél que buscáis. Oh Jesús, anatema sea quien no os ama. Aquél que no os ama se llene de amarguras.

Oh dulce Jesús, sed el amor, las delicias, la admiración de todo corazón dignamente consagrado a vuestra gloria. Dios de mi corazón y mi plenitud, Jesucristo, que en Vos mi corazón desfallezca, y sed Vos mismo mi vida. Enciéndase en mi alma la brasa ardiente de vuestro amor, y se convierta en un incendio todo divino, al arder para siempre en el altar de mi corazón; que inflame lo íntimo de mi ser y abrase el fondo de mi alma; para que, en el día de mi muerte, aparezca delante de Vos enteramente consumido en vuestro amor. Así sea.
De La Familiar Amistad con Jesús.
Cuando Jesús está presente, todo es bueno, y no parece cosa difícil: mas cuando está ausente, todo es duro. Cuando Jesús no habla dentro, vil es la consolación: mas si Jesús habla una sola palabra, gran consolación se siente. ¿No se levantó María Magdalena luego del lugar donde lloró, cuando le dijo Marta: El Maestro está aquí y te llama? ¡Oh bienaventurada hora, cuando el Señor Jesús llama de las lágrimas al gozo del espíritu! ¡Cuán seco y duro eres sin Jesús! ¡Cuán necio y vano si codicias algo fuera de Jesús! Dime, ¿no es este peor daño, que si todo el mundo perdieses? ¿Qué puede dar el mundo sin Jesús? Estar sin Jesús es grave infierno: estar con Jesús es dulce paraíso. Si Jesús estuviere contigo, ningún enemigo podrá dañarte. El que halla a Jesús, halla un buen tesoro, y de verdad bueno sobre todo bien. Y el que pierde a Jesús pierde muy mucho, y más que todo el mundo. Pobrísimo es el que vive sin Jesús, y riquísimo es el que está bien con Jesús. Muy grande arte es saber conservar con Jesús, y gran prudencia saber tener a Jesús. Sé humilde y pacífico, y será contigo Jesús; sé devoto y sosegado, y permanecerá contigo Jesús. Presto puedes echar de ti a Jesús, y perder su gracia, si te pegas a las cosas exteriores. Si destierras de ti a Jesús y le pierdes, ¿adónde irás? ¿A quién buscarás por amigo? Sin amigo no puedes vivir contento, y si no fuere Jesús tu especialísimo amigo, estarás muy triste y desconsolado. Pues locamente lo haces, si en otro alguno confías y te alegras. Más se debe escoger tener todo el mundo contrario, que estar ofendido con Jesús. Pues sobre todo tus amigos sea Jesús amado singularísimamente
Modo de practicar esta devoción al recibir la Sagrada Eucaristía

Antes de la Comunión
266. 1.– Os humillaréis profundamente delante de Dios; 2.– Renunciaréis a vuestro fondo todo corrompido, y a vuestras disposiciones, por buenas que vuestro amor propio os las haga ver; 3.– Renovaréis vuestra consagración diciendo: Tuus totus ego sum, et omnia mea tua sunt: “yo soy todo vuestro, mi querida Señora, y todo lo mío es vuestro; 4.– Suplicaréis a esta cariñosa Madre que os preste su Corazón para recibir en él a su Hijo con sus mismas disposiciones. Le haréis presente cuánto conviene para la gloria de su Hijo que no entre en corazón tan manchado y tan inconstante como el vuestro, en menoscabo de su gloria o de perderle a Él, pero que si Ella quiere venir a morar en Vuestra alma para recibir a su Hijo, puede hacerlo en virtud del dominio que Ella tiene sobre los corazones; y que de esta manera, su Hijo será por Ella bien recibido, sin manchas y sin peligro de ser ultrajado ni perdido: Deus in medio ejus, non conmovebitur. Le diréis confiadamente que todo lo que le habéis dado de vuestros bienes, es poca cosa para honrarla, pero que por la Sagrada Comunión queréis hacerle el presente que el Padre eterno le hizo, y que de esa forma será más honrada que si le dieseis todos los bienes del mundo; y que, en fin, Jesús, que la ama singularmente, desea también tener en Ella sus complacencias y su descanso, aunque en vuestra alma más sucia y más pobre que el establo donde Jesús no tuvo dificultad en venir, pues allí estaba Ella, le pediréis su corazón con estas tiernas palabras: “Accipio te in mea omnia; praebe mihi cor tuum, o Maria – Os recibo por mi todo; dadme ¡oh María! vuestro Corazón”.

 En la Comunión
267. Dispuesto ya a recibir a Jesucristo, después del Padrenuestro le diréis tres veces: Domine non sum dignus, etc., como si por primera vez le dijeseis al Padre eterno que no sois digno, por causa de vuestros malos pensamientos e ingratitudes para con un Padre tan bueno, de recibir a su Hijo único, pero que he ahí a María su esclava, Ecce ancilla Domini, que intercede por vos, dándoos una confianza y esperanza singular ante su Majestad: Quoniam singulariter in spe constituiste me.

268. Diréis al Hijo: Domine, non sum dignus, etc., que no sois digno de recibirlo por causa de vuestras palabras inútiles y malas, y vuestra infidelidad en su servicio; pero que, entre tanto, que le pedís que tenga piedad vuestra, pues lo introduciréis en la casa de su propia Madre y de la vuestra, y que no lo dejaréis ir sin que haya venido a alojarse en ella: Tenui eum, nec dimittam, donec introducam illum in domum matris meae. Le rogaréis que se levante y venga al lugar de su descanso y al arca de su santificación: Surge, Domine, in requiem tuam, tu et arca sanctificationis tuae. Le diréis que de ninguna forma colocáis vuestra confianza en vuestros méritos, en vuestra fuerza y en vuestras preparaciones, sino en las de María, vuestra querida Madre, como el humilde Jacob en los cuidados de Rebeca; que aunque pecador y Esaú como sois, osáis aproximaros a su santidad, apoyado y adornado con las virtudes de su Santísima Madre.

269. Diréis al Espíritu Santo: Domine, non sum dignus, etc., que no sois digno de recibir la obra maestra de su caridad, por causa de la tibieza e iniquidad de vuestras acciones y de vuestra resistencia a sus inspiraciones; mas que toda vuestra confianza está en María, su fiel Esposa; y diréis con San Bernardo: Haec mea maxima fiducia est, haec tota ratio spei meae. Le podréis también rogar que venga a María, su Esposa indisoluble, pues su seno está tan puro, y su Corazón tan abrasado como nunca, y que sin su descenso a vuestra alma, ni Jesús ni María podrán ser formados ni dignamente alojados.

Después de la Sagrada Comunión
270. Después de la Sagrada Comunión, quedando interiormente recogido y con los ojos cerrados, introduciréis a Jesucristo en el Corazón de María. Le daréis a su Madre que lo recibirá amorosamente, lo colocará honrosamente, lo adorará profundamente, lo amará perfectamente, lo abrazará estrechamente, rindiéndole en espíritu y en verdad muchos oficios que nos son desconocidos en nuestras espesas tinieblas.

271. O bien, os mantendréis profundamente humillado en vuestro corazón, en la presencia de Jesús residiendo en María; o quedaréis como un esclavo a la puerta del palacio del Rey, donde está para hablar con la Reina; y mientras ellos hablan el uno con el otro, sin necesidad de vos, subiréis en espíritu al cielo e iréis por toda la tierra rogando a las criaturas que den gracias, adoren y amen a Jesús en María en vuestro lugar: Venite adoremus, venite.

272. O bien, pediréis vos mismo a Jesús, en unión con María, el advenimiento de su reino sobre la tierra por medio de su Santísima Madre, o la divina sabiduría, o el amor divino, o el perdón de vuestros pecados, o cualquier otra gracia, mas siempre por María y en María, diciendo, mientras fijas los ojos en tu miseria: Ne respicias, Domine, peccata mea: Señor, no miréis mis pecados; sed oculi tui videant aequitates Mariae: y vuestros ojos no miren en mí sino las virtudes y méritos de María. Y recordándoos de vuestros pecados, añadiréis: Inimicus homo fecit: Yo que soy el mayor enemigo mío de cuantos tengo que combatir, soy quien ha hecho estos pecados, o bien: Ab homine iniquo et doloso erue me – líbrame del hombre inicuo y falaz, o entonces: Te oportet crescere, me autem minui – ¡Mi Jesús, es preciso que Vos crezcáis en mi alma y que yo decrezca! María, ¡es necesario que crezcáis en mí y que yo sea menos de lo que he sido! Crescite, multiplicamini: ¡Oh Jesús y María, creced en mí y multimplicaos fuera en los otros!

273. Habría una infinidad de otros pensamientos que el Espíritu Santo sugiere y os sugerirá si sois verdaderamente interior, mortificado y fiel a esta grande y sublime devoción que acabo de enseñaros. Mas recordaos siempre de que en la medida que más dejareis actuar a María en la Comunión, tanto más Jesús será glorificado. Y dejaréis tanto más actuar a María para Jesús y a Jesús en María, cuanto más profundamente os humillareis y los escuchareis con paz y silencio, sin importaros nada el ver, gustar, ni sentir, pues el justo vive en todo de la fe: Justus meus ex fide vivit.  

Lecciones del Curso

Bibliografía

BIBLIA DE JERUSALÉN. Bilbao: Desclée de Brouwer, 2009.

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. Madrid: Asociación de Editores del Catecismo, 2005.

CLÁ DIAS, João Scognamiglio. ¡María Santísima! El Paraíso de Dios revelado a los hombres. Madrid: ACSRF, 2022, vols. I-III.

CONCILIO VATICANO II. Constitución dogmática Lumen Gentium. In: vatican.va.

CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. La libertad y la virtud. Conferencia, 28/4/1973. In: tfp.org.br.

HAUKE, Manfred. Introducción a la Mariología. Madrid: BAC, 2015.

JUAN PABLO II. Carta encíclica Veritatis splendor. In: vatican.va.

RAGAZZINI, Severiano. María, vida del alma. Barcelona: Balmes, 1986.

ROYO MARÍN, Antonio. La Virgen María. Madrid: BAC, 1968.

SAN LUIS MARÍA GRIGNON DE MONTFORT. Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen. Barcelona: Casals, 1981,