Lección 14: La perfecta renovación de los votos y promesas del santo bautismo.

Acompañemos al santo mariano y descubriremos el porqué la devoción enseñada por él es la más perfecta renovación de los votos y promesas del santo bautismo. Nos responderá también a algunas objeciones que pueden surgir al respecto de la esclavitud a Nuestra Señora.

Pongo a su disposición online el texto del tratado: https://bit.ly/TratadoVD

Meditación y Oraciones del día

Letanías del Espíritus Santo, Ave Maris Stella y Letanías de la Santíssima Virgen

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Señor, ten piedad de nosotros. Jesucristo, ten piedad de nosotros.

R/. Señor, ten piedad de nosotros.
Divino Espíritu Santo, óyenos.
Espíritu Santo Paráclito, escúchanos.

Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros,
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros,
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros,
Santísima Trinidad que eres un sólo Dios, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la verdad, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la sabiduría, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la inteligencia, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la fortaleza, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la piedad, ten piedad de nosotros,
Espíritu del buen consejo, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la ciencia, ten piedad de nosotros,
Espíritu del santo temor, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la caridad, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la alegría, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la paz, ten piedad de nosotros,
Espíritu de las virtudes, ten piedad de nosotros,
Espíritu de toda la gracia, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la adopción de los hijos de Dios, ten piedad de nosotros,
Purificador de nuestras almas, ten piedad de nosotros,
Santificador y guía de la Iglesia Católica, ten piedad de nosotros,
Distribuidor de los dones celestiales, ten piedad de nosotros,
Conocedor de los pensamientos, ten piedad de nosotros,
y de las intenciones del corazón, ten piedad de nosotros,
Dulzura de los que comienzan a serviros, ten piedad de nosotros,
Corona de los perfectos, ten piedad de nosotros,
Alegría de los ángeles, ten piedad de nosotros,
Luz de los Patriarcas, ten piedad de nosotros,
Inspiración de los Profetas, ten piedad de nosotros,
Palabra y sabiduría de los Apóstoles, ten piedad de nosotros,
Victoria de los Mártires, ten piedad de nosotros,
Ciencia de los Confesores, ten piedad de nosotros,
Pureza de las Vírgenes, ten piedad de nosotros,
Unción de todos los Santos, ten piedad de nosotros,

Sednos propicio,
R. Perdónanos Señor.
Sednos propicio,
R. Escúchanos Señor.

De todo pecado, líbranos Señor.
De todas las tentaciones y celadas del demonio, líbranos Señor.
De toda presunción y desesperación, líbranos Señor.
Del ataque a la verdad conocida, líbranos Señor.
De la envidia de la gracia fraterna, líbranos Señor.
De toda obstinación e impenitencia, líbranos Señor.
De toda negligencia y liviandad de espíritu, líbranos Señor.
De toda impureza de la mente y del cuerpo, líbranos Señor.
De todas las herejías y errores, líbranos Señor.
De todo mal espíritu, líbranos Señor.
De la muerte mala y eterna, líbranos Señor.
Por Vuestra eterna procedencia del Padre y del Hijo, líbranos Señor.
Por la milagrosa concepción del Hijo de Dios, líbranos Señor.
Por Vuestro descendimiento sobre Jesús bautizado, líbranos Señor.
Por Vuestra santa aparición en la transfiguración del Señor, líbranos Señor.
Por Vuestra venida sobre los discípulos del Señor, líbranos Señor.
En el día del juicio, líbranos Señor.

Aunque pecadores, te rogamos óyenos,
Para que nos perdones, te rogamos óyenos,
Para que te dignes vivificar y santificar a todos los miembros de la Iglesia, te rogamos óyenos,
Para que te dignes concedernos el don de la verdadera piedad, devoción y oración, te rogamos óyenos,
Para que te dignes inspirarnos sinceros afectos de misericordia y de caridad, te rogamos óyenos,
Para que te dignes crear en nosotros un espíritu nuevo y un corazón puro, te rogamos óyenos,
Para que te dignes concedernos verdadera paz y tranquilidad de corazón, te rogamos óyenos,
Para que nos hagas dignos y fuertes, para soportar las persecuciones por amor a la justicia, te rogamos óyenos,
Para que te dignes confirmarnos en tu gracia, te rogamos óyenos,
Para que nos recibas en el número de tus elegidos, te rogamos óyenos,
Para que te dignes atendernos, te rogamos óyenos,
Espíritu de Dios, te rogamos óyenos,

V/Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R/.Envíanos el Espíritu Santo.
V/Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R/.Mándanos el Espíritu prometido del Padre.

V/Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R/.Dadnos el buen Espíritu Espíritu Santo, óyenos.

V/Espíritu Consolador, escúchanos.
V/. Envía tu Espíritu y todo será creado,
R/. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos. ¡Oh Dios! que aleccionaste a los corazones de Tus fieles
con la ciencia del Espíritu Santo,
haz que, guiados por este mismo
Espíritu, apreciemos las dulzuras
del bien, y gocemos siempre de Sus
divinos consuelos, por Jesucristo
Nuestro Señor.

Amén.
Señor, ten piedad de nosotros. Jesucristo, ten piedad de nosotros. R/. Señor, ten piedad de nosotros.

Jesucristo, óyenos.
R/. Jesucristo, escúchanos

Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad que eres un sólo Dios, ten piedad de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros,
Santa Madre de Dios, ruega por nosotros,
Santa Virgen de las Vírgenes, ruega por nosotros,
Madre de Cristo, ruega por nosotros,
Madre de la Divina Gracia, ruega por nosotros,
Madre purísima, ruega por nosotros,
Madre castísima, ruega por nosotros,
Madre intacta, ruega por nosotros,
Madre incorrupta, ruega por nosotros,
Madre Inmaculada, ruega por nosotros,
Madre amable, ruega por nosotros,
Madre admirable, ruega por nosotros,
Madre del buen Consejo, ruega por nosotros,
Madre del Creador, ruega por nosotros,
Madre del Salvador, ruega por nosotros,
Madre y ornato del Carmelo, ruega por nosotros,
Madre de la Iglesia, ruega por nosotros,
Virgen prudentísima, ruega por nosotros,
Virgen digna de veneración, ruega por nosotros,
Virgen digna de alabanza, ruega por nosotros,
Virgen poderosa, ruega por nosotros,
Virgen clemente, ruega por nosotros,
Virgen fiel, ruega por nosotros,
Virgen flor del Carmelo, ruega por nosotros,
Espejo de justicia, ruega por nosotros,
Trono de la sabiduría, ruega por nosotros,
Causa de nuestra alegría, ruega por nosotros,
Vaso espiritual, ruega por nosotros,
Vaso honorable, ruega por nosotros,
Vaso insigne de devoción, ruega por nosotros,
Rosa mística, ruega por nosotros,
Torre de David, ruega por nosotros,
Torre de marfil, ruega por nosotros,
Casa de oro, ruega por nosotros,
Arca de la alianza, ruega por nosotros,
Puerta del cielo, ruega por nosotros,
Estrella de la mañana, ruega por nosotros,
Salud de los enfermos, ruega por nosotros,
Refugio de los pecadores, ruega por nosotros,
Consuelo de los afligidos, ruega por nosotros,
Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros,
Patrona de los carmelitas, ruega por nosotros,
Reina de los ángeles, ruega por nosotros,
Reina de los patriarcas, ruega por nosotros,
Reina de los profetas, ruega por nosotros,
Reina de los apóstoles, ruega por nosotros,
Reina de los mártires, ruega por nosotros,
Reina de los confesores, ruega por nosotros,
Reina de las vírgenes, ruega por nosotros,
Reina de todos los santos, ruega por nosotros,
Reina concebida sin pecado original, ruega por nosotros,
Reina asunta al cielo, ruega por nosotros,
Reina del Santísimo Rosario, ruega por nosotros,
Reina de la familia, ruega por nosotros,
Reina de la paz, ruega por nosotros,
Esperanza de todos los carmelitas, ruega por nosotros,

Cordero de Dios, que quitas los
pecados del mundo,
R/. perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los
pecados del mundo,
R/. escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los
pecados del mundo,
R/. ten piedade de nosotros.

V/. Ruega por nosotros Santa
Madre de Dios,
R/. Para que seamos dignos de
alcanzar las promesas de Nuestro
Señor Jesucristo. Amén.

Oremos. Concédenos, Señor, a
nosotros tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y de cuerpo,
y por la gloriosa intercesión de la
bienaventurada siempre Virgen
María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y gozar
de las alegrías eternas. Por Cristo
nuestro Señor.

Amén.
Ven Espíritu Creador;
visita las almas de tus siervos.
Llena de la divina gracia
los pechos que Tú creaste.

Tú eres llamado Paráclito,
don de Dios altísimo,
fuente viva, fuego, amor
y unción espiritual.

Tú septiforme en el don;
Tú el dedo de la mano de Dios,
Tú, auténtica promesa del Padre,
que enriqueces la lengua con palabras.

Enciende lumbre en los sentidos,
infunde amor en los corazones
corroborando con vigor constante,
la fragilidad de nuestro cuerpo.

Rechaza lejos al enemigo,
concede prontamente la paz,
yendo así Tú delante como guía
evitemos todo mal.

Haz que por Tí conozcamos al Padre,
y conozcamos también al Hijo,
y por Tí, Espíritu de entreambos,
creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria,
y al Hijo, que entre los muertos,
resucitó, y al Paráclito
por los siglos de los siglos.

Amén.
Salve, del mar Estrella,
Salve, Madre sagrada
De Dios y siempre Virgen,
Puerta del cielo Santa.

Tomando de Gabriel
El Ave, Virgen alma,
Mudando el nombre de Eva,
Paces divinas trata.

La vista restituye,
Las cadenas desata,
Todos los males quita,
Todos los bienes causa.

Muéstrate Madre, y llegue
Por Ti nuestra esperanza
A quien, por darnos vida,
Nació de tus entrañas.

Entre todas piadosa,
Virgen, en nuestras almas,
Libres de culpa, infunde
Virtud humilde y casta.

Vida nos presta pura,
Camino firme allana;
Que quien a Jesús llega,
Eterno gozo alcanza.

Al Padre, al Hijo, al Santo
Espíritu alabanzas;
Una a los tres le demos,
Y siempre eternas gracias

Salve, María, amadísima Hija del Eterno Padre; salve, María, Madre admirable del Hijo; salve, María, fidelísima Esposa del Espíritu Santo; salve, María, mi amada Madre, mi amable Señora, mi poderosa Soberana; salve, mi gozo, mi gloria, mi corazón y mi alma. Vos sois toda mía por misericordia, y yo soy todo vuestro por justicia. Pero todavía no lo soy bastante.

De nuevo me entrego a Vos todo entero en calidad de eterno esclavo, sin reservar nada ni para mí, ni para otros. Si algo veis en mí que todavía no sea vuestro, tomadlo en seguida, os lo suplico, y haceos dueña absoluta de todos mis haberes para destruir y desarraigar y aniquilar en mí todo lo que desagrade a Dios y plantad, levantad y producid todo lo que os guste.

La luz de vuestra fe disipe las tinieblas de mi espíritu; vuestra humildad profunda ocupe el lugar de mi orgullo; vuestra contemplación sublime detenga las distracciones de mi fantasía vagabunda; vuestra continua vista de Dios llene de su presencia mi memoria, el incendio de caridad de vuestro corazón abrase la tibieza y frialdad del mío; cedan el sitio a vuestras virtudes mis pecados; vuestros méritos sean delante de Dios mi adorno y suplemento. En fin, queridísima y amadísima Madre, haced, si es posible, que no tenga yo más espíritu que el vuestro para conocer a Jesucristo y su divina voluntad; que no tenga más alma que la vuestra para alabar y glorificar al Señor; que no tenga más corazón que el vuestro para amar a Dios con amor puro y con amor ardiente como Vos.

No pido visiones, ni revelaciones, ni gustos, ni contentos, ni aun espirituales. Para Vos el ver claro, sin tinieblas; para Vos el gustar por entero sin amargura; para Vos el triunfar gloriosa a la diestra de vuestro Hijo, sin humillación; para Vos el mandar a los ángeles, hombres y demonios, con poder absoluto, sin resistencia, y el disponer en fin, sin reserva alguna de todos los bienes de Dios.

Esta es, divina María, la mejor parte que se os ha concedido, y que jamás se os quitará, que es para mí grandísimo gozo. Para mí y mientras viva no quiero otro, sino el experimentar el que Vos tuvisteis: creer a secas, sin nada ver y gustar; sufrir con alegría, sin consuelo de las criaturas; morir a mí mismo, continuamente y sin descanso; trabajar mucho hasta la muerte por Vos, sin interés, como el más vil de los esclavos.

La sola gracia, que por pura misericordia os pido, es que en todos los días y en todos los momentos de mi vida diga tres amenes: amén (así sea) a todo lo que hicisteis sobre la tierra cuando vivíais; amén a todo lo que hacéis al presente en el cielo; amén a todo lo que hacéis en mi alma, para que en ella no haya nada más que Vos, para glorificar plenamente a Jesús en mí, en el tiempo y en la eternidad.

Amén
San Lucas, cap. 18, 15-30

También le presentaban niños para que los to-case; viendo lo cual, los discípulos los reprendían. Jesús los llamó a sí, diciendo: Dejad que los niños vengan a mí y no se lo prohibáis,que de ellos es el reino de Dios. En verdad os digo: quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Cierto personaje le preguntó, diciendo: Maes-tro bueno, ¿qué haré para alcanzar la vida eterna? Jesús le respondió: ¿Por qué me llamas bueno? Na-die es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los pre ceptos: No adulterarás, no matarás, no ro-barás, no levantarás falso testimonio, honra a tu-padre ya tu madre. Díjole él: Todos esos precep-tos los he guardado desde la juventud. Oyendo esto Jesús, le dijo: Aún te queda una cosa:Vende cuanto tienes y repártelo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme. Él, oyen do esto, se entristeció, porque era muy rico. Viéndolo Jesús, dijo: Qué difícilmente entran en el reino de Dios los que tienen riquezas! Porque más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de Dios. Dijeron los que le oían: Entonces,¿quién puede salvarse? Él respondió: Lo que es imposible a los hombres, es posible para Dios. Díjole Pedro: Pues nosotros, dejando todo loque teníamos, te hemos seguido. Él les dijo: En verdad os digo que ninguno que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres e hijos por amoral reino de Dios dejará de recibir mucho más en este siglo y la vida eterna en el venidero.
Artículo II
Una perfecta renovación de los votos del santo bautismo

126. Ya he dicho que esta devoción podría muy bien ser llamada una perfecta renovación de los votos o promesas del santo bautismo, ya que todo cristiano antes del bautismo era esclavo del demonio, en cuanto pertenencia suya; y por su boca, o la de su padrino y su madrina, renunció solemnemente en su bautismo a Satán, a sus pompas y a sus obras, tomando a Jesucristo por su Amo y soberano Señor, para depender de Él en calidad de esclavo de amor. Es lo que se hace por la presente devoción: se renuncia –según se advierte en la fórmula de la consagración– al demonio, al mundo, al pecado y a sí mismo, y se da uno enteramente a Jesucristo por las manos de María. Y se hace incluso algo más, pues en el bautismo se habla ordinariamente por boca de otro, a saber, el padrino y la madrina; no se da la persona a Jesucristo a no ser por medio de procurador. Pero en esta devoción, se hace por sí mismo, de forma voluntaria y con conocimiento de causa.

127. Los hombres, según dice Santo Tomás, hacen voto en el santo bautismo de renunciar al diablo y a sus pompas: In baptismo vovent homines abrenuntiare diabolo et pompis ejes. Y este voto, dice San Agustín, es el más grande y el más indispensable: votum maximum nostrum quo vovimus nos in Christo esse mansuros. Es también lo que dicen los canonistas: praecipuum votum est quod in baptismate facimus – el voto principal es aquel que hacemos en el bautismo. Entre tanto, ¿quién es el que guarda este gran voto? ¿Quién es el que cumple fielmente las promesas del santo bautismo? ¿Acaso no violan casi todos los cristianos la fidelidad que han prometido a Jesucristo en su bautismo? ¡De dónde proviene ese desarreglo universal, sino del olvido en que se vive de las promesas y obligaciones del santo bautismo, y de que casi nadie ratifica por sí mismo el contrato de alianza que ha hecho con Dios por medio de sus padrinos y madrinas!

128. Esto es de tal manera verdadero, que el concilio de Sens convocado por orden de Ludovico Pío a fin de remediar los grandes desórdenes existentes entre los cristianos, juzgó que la principal causa de esta corrupción en las costumbres nacía del olvido e ignorancia en que se vivía acerca de los compromisos del santo bautismo; y no encontró mejor forma para remediar tan grande mal, que conducir a los cristianos a renovar los votos y promesas del santo bautismo.

129. El catecismo del Concilio de Trento, fiel intérprete de este santo concilio, exhorta a los curas párrocos para que hagan la misma cosa, llevando a los fieles de los pueblos que les han sido confiados a recordarse y creer que ellos están ligados y consagrados a Jesucristo como esclavos a su Redentor y Señor. He aquí sus palabras: Parochus fidelem populum ad eam rationem cohortabitur ut sciat aequissimum esse... nos ipsos, non secus ac mancipia Redemptori nostro et Domino in perpetuum addicere et consecrare.

130. Ahora bien, si los concilios, los Padres y la experiencia misma nos enseñan que el mejor modo para remediar los desarreglos de los cristianos, es hacerles recordar las obligaciones del bautismo, así como renovar los votos que allí hicieron, ¿no es razonable que se lo haga ahora de una manera perfecta, por medio de esta devoción y consagración a Nuestro Señor, por las manos de su Santísima Madre? Y digo de una manera perfecta porque para consagrarse a Jesucristo se sirve del más perfecto de todos los medios, que es la Santísima Virgen.

131. No se puede objetar que esta devoción sea nueva o indiferente: no es nueva, porque los concilios, los Padres y muchos otros autores antiguos y recientes hablan de esta consagración a Nuestro Señor, o de la renovación de los votos del santo bautismo, como de una cosa desde antiguo practicada, que ellos aconsejan a todos los cristianos; ella tampoco es indiferente, ya que la principal fuente de todos los desórdenes, y en consecuencia de la condenación de los cristianos, nace del olvido e indiferencia en relación a esta práctica.

132. Algunos podrían decir que, como esta devoción nos hace entregar a Jesucristo Nuestro Señor –por las manos de la Santísima Virgen– el valor de todas nuestras buenas obras, oraciones, mortificaciones y limosnas, ella nos coloca en la impotencia de socorrer las almas de nuestros parientes, amigos y bienhechores. En primer lugar, yo les respondo que no podemos creer que nuestros amigos, parientes o bienhechores sufran por el hecho de nosotros habernos entregado y consagrado sin reserva al servicio de Nuestro Señor y de su Santísima Madre. Esto sería injuriar el poder y la bondad de Jesús y de María, quienes sabrán asistir perfectamente a nuestros parientes, amigos y bienhechores, sirviéndose de nuestro pequeño caudal espiritual, o de cualquier otro modo. En segundo lugar, esta práctica no impide de forma alguna que se ruegue por los otros, sean difuntos o vivos, aunque la aplicación de nuestras buenas obras depende de la voluntad de la Santísima Virgen; muy por el contrario, ella nos permitirá rezar con más confianza, de igual manera que una persona rica que hubiera dado todos sus bienes a un gran príncipe a fin de honrarlo especialmente, rogaría a este príncipe con más confianza que atendiese con una limosna a cualquiera de sus amigos que se lo solicitase. Sería un modo de agradar a este príncipe, dándole la ocasión de testimoniar su reconocimiento hacia una persona que se ha despojado para revestirlo, que se ha empobrecido para honrarlo. Es justo decir lo mismo de Nuestro Señor y de la Santísima Virgen: nunca se dejarán vencer en generosidad y gratitud.

133. Alguien dirá posiblemente: si yo doy a la Santísima Virgen Respuesta a algunas objeciones todo el valor de mis buenos actos para aplicarlo a lo que Ella quisiere, será preciso quizá que yo sufra largo tiempo en el purgatorio. Esta objeción, nacida del amor propio y de la ignorancia en relación a la liberalidad de Dios y de su Santísima Madre, se destruye por sí misma. Un alma ferviente y generosa a quien importan más los intereses de Dios que los suyos propios, que da a Dios todo lo que ella tiene, sin reserva, no pudiéndole dar más, non plus ultra, que no aspira más que la gloria y el reino de Nuestro Señor Jesucristo por medio de su Santísima Madre, y que se sacrifica enteramente para conseguirlo, esta alma generosa y liberal, me pregunto, ¿será castigada en la otra vida por haber sido más liberal y desinteresada que las otras? Esto sería incomprensible. Es justamente con esta alma –como veremos a continuación– con quien Nuestro Señor y su Santísima Madre se muestran más liberales en este mundo y en el otro, sea en el orden de la naturaleza, de la gracia y de la gloria.

134. Ahora es necesario que veamos, lo más brevemente posible, los motivos que nos deben hacer recomendable esta devoción; los maravillosos efectos que ella produce en las almas fieles; y las prácticas de esta devoción.

Lecciones del Curso

Bibliografía

BIBLIA DE JERUSALÉN. Bilbao: Desclée de Brouwer, 2009.

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. Madrid: Asociación de Editores del Catecismo, 2005.

CLÁ DIAS, João Scognamiglio. ¡María Santísima! El Paraíso de Dios revelado a los hombres. Madrid: ACSRF, 2022, vols. I-III.

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CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. La libertad y la virtud. Conferencia, 28/4/1973. In: tfp.org.br.

HAUKE, Manfred. Introducción a la Mariología. Madrid: BAC, 2015.

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RAGAZZINI, Severiano. María, vida del alma. Barcelona: Balmes, 1986.

ROYO MARÍN, Antonio. La Virgen María. Madrid: BAC, 1968.

SAN LUIS MARÍA GRIGNON DE MONTFORT. Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen. Barcelona: Casals, 1981,

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Texto de apoyo y oraciones
Tratado de la Verdadera Devoción