Lección 12: Las prácticas de la Verdadera Devoción.

“Declaro bien alto que no conocí ni aprendí prácticas de devoción semejantes a las que voy a exponer.” En esta clase aprenderemos con San Luis María Grignion de Montfort las prácticas que constituyen la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen y sus exigencias interiores y exteriores.

Pongo a su disposición online el texto del tratado: https://bit.ly/TratadoVD

Meditación y Oraciones del día

Letanías del Espíritus Santo, Ave Maris Stella y Letanías de la Santíssima Virgen

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Señor, ten piedad de nosotros. Jesucristo, ten piedad de nosotros.

R/. Señor, ten piedad de nosotros.
Divino Espíritu Santo, óyenos.
Espíritu Santo Paráclito, escúchanos.

Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros,
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros,
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros,
Santísima Trinidad que eres un sólo Dios, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la verdad, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la sabiduría, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la inteligencia, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la fortaleza, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la piedad, ten piedad de nosotros,
Espíritu del buen consejo, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la ciencia, ten piedad de nosotros,
Espíritu del santo temor, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la caridad, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la alegría, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la paz, ten piedad de nosotros,
Espíritu de las virtudes, ten piedad de nosotros,
Espíritu de toda la gracia, ten piedad de nosotros,
Espíritu de la adopción de los hijos de Dios, ten piedad de nosotros,
Purificador de nuestras almas, ten piedad de nosotros,
Santificador y guía de la Iglesia Católica, ten piedad de nosotros,
Distribuidor de los dones celestiales, ten piedad de nosotros,
Conocedor de los pensamientos, ten piedad de nosotros,
y de las intenciones del corazón, ten piedad de nosotros,
Dulzura de los que comienzan a serviros, ten piedad de nosotros,
Corona de los perfectos, ten piedad de nosotros,
Alegría de los ángeles, ten piedad de nosotros,
Luz de los Patriarcas, ten piedad de nosotros,
Inspiración de los Profetas, ten piedad de nosotros,
Palabra y sabiduría de los Apóstoles, ten piedad de nosotros,
Victoria de los Mártires, ten piedad de nosotros,
Ciencia de los Confesores, ten piedad de nosotros,
Pureza de las Vírgenes, ten piedad de nosotros,
Unción de todos los Santos, ten piedad de nosotros,

Sednos propicio,
R. Perdónanos Señor.
Sednos propicio,
R. Escúchanos Señor.

De todo pecado, líbranos Señor.
De todas las tentaciones y celadas del demonio, líbranos Señor.
De toda presunción y desesperación, líbranos Señor.
Del ataque a la verdad conocida, líbranos Señor.
De la envidia de la gracia fraterna, líbranos Señor.
De toda obstinación e impenitencia, líbranos Señor.
De toda negligencia y liviandad de espíritu, líbranos Señor.
De toda impureza de la mente y del cuerpo, líbranos Señor.
De todas las herejías y errores, líbranos Señor.
De todo mal espíritu, líbranos Señor.
De la muerte mala y eterna, líbranos Señor.
Por Vuestra eterna procedencia del Padre y del Hijo, líbranos Señor.
Por la milagrosa concepción del Hijo de Dios, líbranos Señor.
Por Vuestro descendimiento sobre Jesús bautizado, líbranos Señor.
Por Vuestra santa aparición en la transfiguración del Señor, líbranos Señor.
Por Vuestra venida sobre los discípulos del Señor, líbranos Señor.
En el día del juicio, líbranos Señor.

Aunque pecadores, te rogamos óyenos,
Para que nos perdones, te rogamos óyenos,
Para que te dignes vivificar y santificar a todos los miembros de la Iglesia, te rogamos óyenos,
Para que te dignes concedernos el don de la verdadera piedad, devoción y oración, te rogamos óyenos,
Para que te dignes inspirarnos sinceros afectos de misericordia y de caridad, te rogamos óyenos,
Para que te dignes crear en nosotros un espíritu nuevo y un corazón puro, te rogamos óyenos,
Para que te dignes concedernos verdadera paz y tranquilidad de corazón, te rogamos óyenos,
Para que nos hagas dignos y fuertes, para soportar las persecuciones por amor a la justicia, te rogamos óyenos,
Para que te dignes confirmarnos en tu gracia, te rogamos óyenos,
Para que nos recibas en el número de tus elegidos, te rogamos óyenos,
Para que te dignes atendernos, te rogamos óyenos,
Espíritu de Dios, te rogamos óyenos,

V/Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R/.Envíanos el Espíritu Santo.
V/Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R/.Mándanos el Espíritu prometido del Padre.

V/Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R/.Dadnos el buen Espíritu Espíritu Santo, óyenos.

V/Espíritu Consolador, escúchanos.
V/. Envía tu Espíritu y todo será creado,
R/. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos. ¡Oh Dios! que aleccionaste a los corazones de Tus fieles
con la ciencia del Espíritu Santo,
haz que, guiados por este mismo
Espíritu, apreciemos las dulzuras
del bien, y gocemos siempre de Sus
divinos consuelos, por Jesucristo
Nuestro Señor.

Amén.
Salve, del mar Estrella,
Salve, Madre sagrada
De Dios y siempre Virgen,
Puerta del cielo Santa.

Tomando de Gabriel
El Ave, Virgen alma,
Mudando el nombre de Eva,
Paces divinas trata.

La vista restituye,
Las cadenas desata,
Todos los males quita,
Todos los bienes causa.

Muéstrate Madre, y llegue
Por Ti nuestra esperanza
A quien, por darnos vida,
Nació de tus entrañas.

Entre todas piadosa,
Virgen, en nuestras almas,
Libres de culpa, infunde
Virtud humilde y casta.

Vida nos presta pura,
Camino firme allana;
Que quien a Jesús llega,
Eterno gozo alcanza.

Al Padre, al Hijo, al Santo
Espíritu alabanzas;
Una a los tres le demos,
Y siempre eternas gracias

Señor, ten piedad de nosotros. Jesucristo, ten piedad de nosotros. R/. Señor, ten piedad de nosotros.

Jesucristo, óyenos.
R/. Jesucristo, escúchanos

Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad que eres un sólo Dios, ten piedad de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros,
Santa Madre de Dios, ruega por nosotros,
Santa Virgen de las Vírgenes, ruega por nosotros,
Madre de Cristo, ruega por nosotros,
Madre de la Divina Gracia, ruega por nosotros,
Madre purísima, ruega por nosotros,
Madre castísima, ruega por nosotros,
Madre intacta, ruega por nosotros,
Madre incorrupta, ruega por nosotros,
Madre Inmaculada, ruega por nosotros,
Madre amable, ruega por nosotros,
Madre admirable, ruega por nosotros,
Madre del buen Consejo, ruega por nosotros,
Madre del Creador, ruega por nosotros,
Madre del Salvador, ruega por nosotros,
Madre y ornato del Carmelo, ruega por nosotros,
Madre de la Iglesia, ruega por nosotros,
Virgen prudentísima, ruega por nosotros,
Virgen digna de veneración, ruega por nosotros,
Virgen digna de alabanza, ruega por nosotros,
Virgen poderosa, ruega por nosotros,
Virgen clemente, ruega por nosotros,
Virgen fiel, ruega por nosotros,
Virgen flor del Carmelo, ruega por nosotros,
Espejo de justicia, ruega por nosotros,
Trono de la sabiduría, ruega por nosotros,
Causa de nuestra alegría, ruega por nosotros,
Vaso espiritual, ruega por nosotros,
Vaso honorable, ruega por nosotros,
Vaso insigne de devoción, ruega por nosotros,
Rosa mística, ruega por nosotros,
Torre de David, ruega por nosotros,
Torre de marfil, ruega por nosotros,
Casa de oro, ruega por nosotros,
Arca de la alianza, ruega por nosotros,
Puerta del cielo, ruega por nosotros,
Estrella de la mañana, ruega por nosotros,
Salud de los enfermos, ruega por nosotros,
Refugio de los pecadores, ruega por nosotros,
Consuelo de los afligidos, ruega por nosotros,
Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros,
Patrona de los carmelitas, ruega por nosotros,
Reina de los ángeles, ruega por nosotros,
Reina de los patriarcas, ruega por nosotros,
Reina de los profetas, ruega por nosotros,
Reina de los apóstoles, ruega por nosotros,
Reina de los mártires, ruega por nosotros,
Reina de los confesores, ruega por nosotros,
Reina de las vírgenes, ruega por nosotros,
Reina de todos los santos, ruega por nosotros,
Reina concebida sin pecado original, ruega por nosotros,
Reina asunta al cielo, ruega por nosotros,
Reina del Santísimo Rosario, ruega por nosotros,
Reina de la familia, ruega por nosotros,
Reina de la paz, ruega por nosotros,
Esperanza de todos los carmelitas, ruega por nosotros,

Cordero de Dios, que quitas los
pecados del mundo,
R/. perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los
pecados del mundo,
R/. escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los
pecados del mundo,
R/. ten piedade de nosotros.

V/. Ruega por nosotros Santa
Madre de Dios,
R/. Para que seamos dignos de
alcanzar las promesas de Nuestro
Señor Jesucristo. Amén.

Oremos. Concédenos, Señor, a
nosotros tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y de cuerpo,
y por la gloriosa intercesión de la
bienaventurada siempre Virgen
María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y gozar
de las alegrías eternas. Por Cristo
nuestro Señor.

Amén.
Imitación de Cristo, libro III, cap. 47

Dijo a sus discípulos: Es inevitable que hayaes cándalos; sin embargo, ¡ay de aquel por quienven gan! Mejor le fuera que le atasen al cuello unarue da de molino y le arrojasen al mar antes que escandalizar a uno de estos pequeños. Miradpor vosotros. Si peca tu hermano contra ti, corrígele, y si searrepiente, perdónale. Si siete veces al día pecacontra ti y siete veces se vuelve a ti diciéndote: Me arrepiento, le perdonarás. Dijeron los apóstoles al Señor: Acrecientanues tra fe. Dijo el Señor: Si tuvierais fe tantocomo un grano de mostaza, diríais a este sicómoro: Desarráigate y trasplántate en el mar, y élos obedecería. ¿Quién de vosotros, teniendo un siervo arandoapacentando el ganado, al volver él del campo ledice: Pasa en seguida y siéntate a la mesa, y nole dice más bien: Prepárame la cena, cíñete paraservirme hasta que yo coma y beba, y luego comerás y beberás tú? ¿Deberá gratitud al siervo,porque hizo lo que se le había ordenado? Asítam bién vosotros, cuando hiciereis estas cosasque os están mandadas, decid: Somos siervosinúti les; lo que teníamos que hacer, eso hicimos. (San Lucas, cap. 17, 1-10) Todas las cosas pesadas se deben padecer por la vida eterna Hijo, no te quebranten los trabajos que has tomado por Mí; ni te abatan del todo las tribulaciones; mas mi promesa te esfuerce y consuele entodo lo que viniere. Yo basto para galardonarte sobre toda maneray medida. No trabajarás aquí mucho tiempo, ni serás agravado siempre de dolores. Espera un poquito y verás cuán presto se pasan los males. Vendrá una hora cuando cesará todo trabajo einquietud. Poco y breve es todo lo que pasa con el tiempo.
Artículo II

Las prácticas de la verdadera devoción a la Santísima Virgen

 Las prácticas comunes
115. Hay varias prácticas interiores de la verdadera devoción a la Santísima Virgen. En resumen, las principales son las siguientes:
1º – Honrarla como a la digna Madre de Dios con el culto de hiperdulía, es decir, estimarla y reverenciarla por encima de todos los otros santos, como la obra maestra de la gracia y la primera después de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
2º – Meditar sus virtudes, sus privilegios y sus acciones.
3º – Contemplar sus grandezas.
4º – Rendirle actos de amor, alabanza y reconocimiento.
5º – Invocarla cordialmente.
6º – Ofrecerse y unirse a Ella.
7º – Hacer todos sus actos teniendo en vista agradarle.
8º – Comenzar, continuar y terminar todas sus obras por Ella, en Ella, con Ella y para Ella, a fin de hacerlas por Jesucristo, en Jesucristo, con Jesucristo y para Jesucristo, nuestro último fin. Más adelante explicaremos esta práctica.

116. La verdadera devoción a la Santísima Virgen tiene también varias prácticas exteriores. He aquí las principales:
1º – Alistarse en sus cofradías y entrar en sus congregaciones.
2º – Ingresar en las Órdenes Religiosas instituidas en su honor.
3º – Publicar sus alabanzas.
4º – Hacer limosnas, ayunos y mortificaciones, tanto espirituales como corporales, en su honor.
5º – Llevar sobre sí sus libreas como el Santo Rosario o la Corona, el escapulario o la cadenilla.
6º – Recitar con atención, devoción y modestia, o el Santo Rosario compuesto de 15 decenas de Ave Marías en honor de los 15 principales misterios de Jesucristo; o la corona de cinco decenas, que es la tercera parte del Rosario, ya en honor de los cinco misterios Gozosos, que son: la Anunciación, la Visitación, el Nacimiento de Jesucristo, la Presentación del Niño Dios y Purificación de su Santísima Madre, y la Pérdida y hallazgo del Niño Jesús en el Templo; o en honra de los cinco misterios Dolorosos, que son la Agonía del Señor en el Huerto de los Olivos, su Flagelación, su Coronación de Espinas, su Cruz a cuestas y su Crucifixión; o en honra de los cinco misterios Gloriosos, que son: la Resurrección de Jesucristo, su Ascensión, la Venida del Espíritu Santo o Pentecostés, la Asunción de la Santísima Virgen en cuerpo y alma al cielo, y su Coronación por las Tres Personas de la Santísima Trinidad. También se puede rezar una corona de seis o siete decenas en honra de los años que se cree que la Santísima Virgen vivió en la tierra; o la pequeña coronilla de la Santísima Virgen, compuesta de tres Padrenuestros y doce Ave Marías, en honra de su corona de doce estrellas o privilegios; o el oficio de la Santísima Virgen, tan universalmente aceptado y rezado en la Iglesia; o el Salterio Menor de la Santísima Virgen que San Buenaventura compuso en su honor, y que es tan tierno y devoto que no puede ser rezado sin enternecimiento; o catorce Padre nuestros y Ave Marías en honra de sus catorce alegrías; o algunas otras oraciones, himnos y cánticos de la Iglesia como la Salve Regina, el Alma Mater, el Ave Regina Caelorum o el Regina Caeli, según los diferentes tiempos; o el Ave Maris Stella, O Gloriosa Domina, etc., o el Magnificat, o algunas otras prácticas devotas de que están llenas los libros.
7º–Cantar y hacer cantar en su honor algunos cantos espirituales.
8º–Hacerle cierto número de genuflexiones o reverencias, diciéndole por ejemplo todas las mañanas sesenta o cien veces Ave María, Virgo Fidelis, para obtener de Dios por su intermedio la fidelidad a las gracias divinas durante el día; y en la noche: Ave Maria, Mater misericordiae, pidiendo a Dios perdón, por su intercesión maternal, de los pecados que hemos cometido durante el día.
9º–Dedicar atención a sus cofradías, adornar sus altares, coronar y embellecer sus imágenes. 10º–Llevar y hacer llevar sus imágenes en procesión, y llevar sobre sí una, como arma poderosa contra el maligno.
11º–Mandar hacer sus imágenes o su nombre, y entronizarlos ya en iglesias, o en las casas, o en las puertas y entradas de las ciudades, de las iglesias y de las casas.
12º–Consagrarse a Ella de una manera especial y solemne.

117. Se podría catalogar un gran número de otras prácticas de la verdadera devoción a la Santísima Virgen muy eficaces para nuestra santificación, que el Espíritu Santo ha inspirado a las almas santas; ver más en profundidad en Le Paradis ouvert à Philagie, compuesto por el Rvdo. Padre Paul Barry, de la Compañía de Jesús, en que él ha recogido un gran número de devociones que los santos han practicado en honra de la Santísima Virgen, devociones estas que sirven maravillosamente para la santificación de las almas, con tal de ser practicadas como es debido, esto es: 1º – Con buena y recta intención de sólo agradar a Dios, unirse a Jesucristo como a su fin último, y edificar al prójimo; 2º – Con atención, sin distracciones voluntarias; 3º – Con devoción, sin prisa ni negligencia; 4º – Con modestia y compostura de cuerpo respetuosa y edificante.

La práctica perfecta
118. Después de todo esto, protesto en alta voz que habiendo leído casi todos los libros que tratan de la devoción a la Santísima Virgen, y habiendo conversado familiarmente con los más grandes santos y sabios de estos últimos tiempos, no he conocido ninguna práctica de devoción hacia la Santísima Virgen semejante a la que quiero enseñar, la cual exige de un alma más sacrificios para Dios, que la vacíe más plenamente de sí misma y de su amor propio, que la conserve más fielmente en la gracia y a la gracia en ella, que la una más perfectamente a Jesucristo, y finalmente, que sea más gloriosa a Dios, santificante para el alma y útil al prójimo.

119. Como lo esencial de esta devoción consiste en lo interior que ella debe formar, no será igualmente comprendida por todo el mundo: algunos se detendrán en lo que tiene de exterior, sin avanzar más adelante, y éstos serán la mayoría; algunos otros, en pequeño número, penetrarán en su interior, pero no subirán más que un peldaño. ¿Quién subirá al segundo? ¿Quién llegará hasta el tercero? En fin, ¿quién es aquel que allí permanecerá habitualmente? Sólo aquel a quien el Espíritu de Jesucristo revele este secreto. Él mismo conducirá allí al alma fidelísima, para avanzar de virtud en virtud, de gracia en gracia y de luz en luz, hasta llegar a la transformación de sí misma en Jesucristo, y a la plenitud de su edad sobre la tierra y de su gloria en el cielo.

Lecciones del Curso

Bibliografía

BIBLIA DE JERUSALÉN. Bilbao: Desclée de Brouwer, 2009.

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. Madrid: Asociación de Editores del Catecismo, 2005.

CLÁ DIAS, João Scognamiglio. ¡María Santísima! El Paraíso de Dios revelado a los hombres. Madrid: ACSRF, 2022, vols. I-III.

CONCILIO VATICANO II. Constitución dogmática Lumen Gentium. In: vatican.va.

CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. La libertad y la virtud. Conferencia, 28/4/1973. In: tfp.org.br.

HAUKE, Manfred. Introducción a la Mariología. Madrid: BAC, 2015.

JUAN PABLO II. Carta encíclica Veritatis splendor. In: vatican.va.

RAGAZZINI, Severiano. María, vida del alma. Barcelona: Balmes, 1986.

ROYO MARÍN, Antonio. La Virgen María. Madrid: BAC, 1968.

SAN LUIS MARÍA GRIGNON DE MONTFORT. Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen. Barcelona: Casals, 1981,

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Tratado de la Verdadera Devoción