La Iglesia Perseguida 1 – Los primordios de la Iglesia

Resumen del Curso

La mayoría de los católicos ha escuchado hablar de los mártires del inicio del cristianismo, pero muy pocos son los que han profundizado en el heroísmo sin par de aquellos primeros seguidores de Cristo. Al conocer ahora los detalles de su magna epopeya, usted podrá comprender mejor la sublimidad de la santa Fe que profesamos.

Uno de los aspectos más destacados e ignorados es el ansia que tenían los primeros cristianos de morir por la Fe en que fueron bautizados. Ellos pensaban de una manera muy simple pero profunda: “Si Jesús murió por mí, yo debo morir por Él”. Así, el amor se paga con amor.

Los mártires despreciaron el dolor, la tortura y hasta de la misma muerte. Esta actitud sobrehumana, muchas veces en débiles niños, sólo se comprende por una acción del Espíritu Santo, no hay otra explicación que se le pueda dar a aquellos tres siglos de heroísmo inédito.

Acompáñeme a recorrer la vía heroica de nuestros hermanos mayores en la Fe: gracias a sus méritos la Iglesia se afirmó y creció en número y en santidad. Nosotros, los católicos de hoy, somos los herederos de aquellas gracias conquistadas.

Nuestro viaje por la historia partirá de la contemplación del modelo perfecto de los mártires: Jesús de Nazaret; después veremos cómo todos los Apóstoles firmaron con su sangre su testimonio de compañeros de Cristo; la narración de las violencias de Nerón, el primer emperador romano en desatar una persecución contra los cristianos, dará mucho que pensar; los invitaré a acompañar a los mártires en la última noche de sus vidas mientras dormían al lado de los leones; les contaré algunas de las más bellas historias de los mártires; nos detendremos narrando la mayor de todas las persecuciones, la de Diocleciano. Por fin, haremos un balance de la historia de los primeros mártires y las gracias que ellos conquistaron con su sangre.